Era perfecto, al otro lado del teléfono alguien me había cogido el punto y estaba tan cachondo como yo. El nivel de mi paja gay tlf iba subiendo.
Tras unos minutos de conversación me decidí a subir la apuesta. Le dije a Fabiano que me encantaban sus labios carnosos y su pelo corto, y le confesé que me había hecho muchas pajas pensando en él. Sonrió ruborizado y se acercó a mi lentamente hasta que nuestros labios se juntaron. Parecía algo tímido, nada más lejos de la realidad.
– La verdad es que siempre me fijo en ti cuando vengo con Sara. A veces te veo pasearte con el bañador por el jardín y se me hace la boca agua imaginandome en tu paquete, creo que la tienes muy grande», dijo aquella voz que ya me estaba volviendo loco.
Fabiano hacía unas mamadas impresionantes, empezó pasándome la lengua por la punta mientras me acariciaba las pelotas. Mientras me miraba fijamente, se la metió hasta la garganta, bañándola en saliva.
En este momento tuve que hacer un esfuerzo gigante para no irme pero mi paja teléfono gay era tan buena que decidí aguantar un poco más.