Enviado por Manuel – Barcelona
Una de mis primeras experiencias con las pajas gay por telefono la «protagonizó» Fabiano, el compi italiano de mi hermana que venía con ella a casa a hacer los trabajos de la carrera de arte dramático. Fabiano es uno de esos chicos que solo con verlo te dan ganas de cepillartelo, con cara aniñada y una piel suave e ideal para acariciar mientras se te sienta encima.
Aquella tarde estaba muy caliente, llevaba varios días sin sexo y sentía que iba a explotar, así que después de saludarles me encerré en mi habitación y cogí el teléfono, necesitaba descargar y sabía que una paja por teléfono no iba a defraudarme.
Nada más descolgar escuché una voz suave que me saludaba al otro lado:
– Hola, ¿cómo estás?
Mi «Fabiano» era perfecto. Tenía la voz ideal así que comencé mi fantasía. He de confesar que a estas alturas ya estaba empalmado. La primera vez que había llamado me asaltaban las dudas, pero ahora sabía que lo iba a pasar en grande. Con los ojos cerrados, inicié la conversación.
– Fabiano, mi hermana no está. Ha tenido que salir un momento. Me ha dicho que pases y la esperes en casa.
– Ok, encantado – me dijo.
Así nos fuimos poniendo a tono. Notaba que conectábamos, la situación era tan real que podía ver a Fabiano hablando conmigo en la habitación. Le pregunté que cómo le iba en el amor. Me dijo que aún era joven y estaba centrado en sus estudios, no le apetecía comprometerse, quería disfrutar de la vida.
Era perfecto, al otro lado del teléfono alguien me había cogido el punto y estaba tan cachondo como yo. El nivel de mi paja iba subiendo.
Tras unos minutos de conversación me decidí a subir la apuesta. Le dije a Fabiano que me encantaban sus labios carnosos y su pelo corto, y le confesé que me había hecho muchas pajas pensando en él.
Sonrió ruborizado y se acercó a mi lentamente hasta que nuestros labios se juntaron. Parecía algo tímido, nada más lejos de la realidad.
– La verdad es que siempre me fijo en ti cuando vengo con Sara. A veces te veo pasearte con el bañador por el jardín y se me hace la boca agua imaginandome en tu paquete, creo que la tienes muy grande», dijo aquella voz que ya me estaba volviendo loco.
Fabiano hacía unas mamadas impresionantes, empezó pasándome la lengua por la punta mientras me acariciaba las pelotas. Mientras me miraba fijamente, se la metió hasta la garganta, bañándola en saliva.
En este momento tuve que hacer un esfuerzo gigante para no irme pero mi paja teléfono gay era tan buena que decidí aguantar un poco más.
– Ahora me toca a mí – le dije. Era lo mínimo que podía hacer para devolverle un poco de todo el placer que me estaba haciendo sentir, así que desabroché su cremallera y lo tiré encima de mi cama.
Fabiano la tenía muy apetitosa. Era de esas que no asusta al principio pero a medida que empiezas a chupar se hace más y más grande en tu boca. Combiné la mamada con varios lenguetazos en el ano, con el fin de dilatarlo. Fabiano tenía un culo impresionante, pequeño y durito.
Conseguí que Fabiano se corriese en pocos minutos y utilicé su leche para «hidratar» su hermoso culo. Le di la vuelta, agarré su pelo y me colé lentamente en su culito. Fabiano gemía y gritaba de placer. Después de unas cuantas sacudidas no aguantó más y se la metió en la boca para tragarse todos mis jugos.
Menuda paja, la corrida fue tan brutal que no pude hablar durante unos segundos, al otro lado escuchaba como «Fabiano » jadeaba disfrutando de mi semen en su garganta. Nos despedimos prometiendo que no sería la última vez, y vaya si no lo fue.
No puedo negar que muchas de las mejores corridas que he tenido han venido acompañadas de un telefono gay. Soy una persona muy abierta y me gusta disfrutar del sexo sin compromisos.
Sin salir de mi casa y solo con un teléfono he realizado todas mis fantasías sexuales, me he acostado con mi jefe en los probadores de la tienda de ropa en la que trabajaba, he hecho tríos con los amigos de la universidad de mi hermana. No hay nada mejor para aliviarse como un buen pajote.
Ahora mismo, mientras escribo, estoy pensando en mi próxima. Quizá en ella contacte con alguno de los que estáis leyendo en este momento.
Tal vez, mientras estás cerca de la pantalla excitado, notes que me acerco por detrás y comienzo a besarte el cuello mientras acaricio tu cuerpo. A lo mejor, mientras te tocas, podría poner mi rabo duro en tu boca para que me la chupes. Puede que la tengas tan dura que prefieras que me siente encima para que me jodas sin parar.
Tú mandas, tú diriges y tú decides como pasártelo bien. La vida es muy corta y hay que disfrutar de todos los placeres que nos proporciona. Las pajas nos ayudan a gozar de nuestra sexualidad con libertad, sin represiones ni tapujos. No sé tú, pero yo estoy ardiendo, y ya te puedes imaginar lo que voy a hacer cuando acabe de enviar esto.